Milan Kundera - "Insoportable Levedad del Ser"



- Si cada uno de los instantes de nuestra vida se va a repetir infinitas veces, estamos clavados a la eternidad como Jesucristo a la cruz.

- Además ¿por qué iba a tener que sentir por este niño, al que no lo unía nada más que una noche imprudente, algo más que por otra persona cualquiera?

- ... sólo una relación no sentimental, en la que uno no reivindique la vida y la libertad del otro, puede hacer felices a los dos.

- Quería velar por ella, defenderla, disfrutar de su presencia, pero no sentía necesidad de cambiar su estilo de vida.

- ¿Pero un acontecimiento no es tanto más significativo y privilegiado cuantas casualidades sean necesarias para producirlo? ... Lo que ocurre necesariamente, lo esperado, lo que se repite todos los días, es mudo. Sólo la casualidad nos habla.

- Aquel que quiere permanentemente "llegar más alto" tiene que contar con que algún día le invadirá el vértigo.

- Su encuentro estuvo basado desde el comienzo en el error. ... Cada uno de ellos habían creado un infierno para el otro, pese a que se querían.

- Pero es precisamente el débil quien tiene que ser fuerte y saber marcharse cuando el fuerte es demasiado débil para ser capaz de hacerle daño al débil.

- El ruido tiene una ventaja. No se oyen las palabras.

- ¡Una vez tuve un accidente grave y fue estupendo! ¡Lo mejor de todo fue el hospital! No podía dormir, así que leía sin parar, de día y de noche.

- La persona que pierde su intimidad, lo pierde todo...

- El hombre es de una manera en su intimidad y de otra en público.

- El amor, cuando se hace público, aumenta de peso, se convierte en una carga.

- ... las preguntas verdaderamente serias son aquellas que pueden ser formuladas hasta por el niño. Sólo las preguntas más ingenuas son verdaderamente serias. Son preguntas que no tienen respuesta. Una pregunta que no tiene respuesta es una barrera que no puede atravesarse. Dicho de otro modo: precisamente las preguntas que no tienen respuesta son las que determinan las posibilidades del ser humano, son las que trazan las fronteras de la existencia del hombre.

- ... tiene ganas de despedir a ese cuerpo como a una criada. ¡Permanecer junto a Tomás sólo como alma y que el cuerpo saliera a recorrer el mundo para comportarse allí tal como otros cuerpos femeninos se comportan con los cuerpos masculinos!

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