Alexandr Solzhenitsyn - "Pabellon de Cancer"

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- Una de las coacciones más abrumadoras de la humanidad era que los individuos no pudieran renovarse, hacia la mitad de sus vidas, cambiando radicalmente de ocupación.

- Es de Dios de quien depende todo, decía la vieja Estefanía, para apaciguarlo. Dios ve claro en ello. Hay que someterse, mi pobre Diomka.
-Pero entonces, ¡mayor razón, si todo procede de Dios, si Dios es el único que ve claro! ¿Por qué agobiar siempre a los mismos? Preciso es que haya un poco de orden, ¿no?

- La mañana estaba húmeda y fresca, pero ya no era pleno invierno. En Rusia, con un tiempo así, salen de impermeable; pero aquí, en el Sur, se tenía otra noción del calor y el trío: con todo el calor, se siguen vistiendo ropas de lana; se cuida de ponerse abrigo lo antes posible en la temporada y de sacárselo lo más tarde posible; y si por ventura se posee una pelliza, se la usa sin esperar los pocos días en que hiela.

- Tal como una bicicleta, tal como una rueda, una vez lanzadas, no pueden permanecer estables sino en movimiento y caen apenas se las priva de él, igual ocurre con el juego entre un hombre y una mujer: una vez iniciado, no puede subsistir sin desarrollarse.

- No se puede ser tan mezquino como para juzgar a base de los resultados ... , es más humano juzgar a base de las intenciones.

- ... la pasion que se apodera de nosotros expulsa a todas las demás.

- No es terrible morir... algún día: lo terrible es morir ... en seguida.

- No es el nivel de vida lo que hace la felicidad de los hombres, sino por cierto la unión de los
corazones y nuestro concepto de nuestra vida. Ahora bien, ambas cosas están siempre a nuestro alcance y el individuo siempre es dichoso si lo desea, y nadie puede impedírselo.

- ¡Ah, tener una hija suya, verdaderamente suya! (Una hija, porque podría criarla a partir de su propia experiencia, lo cual no era posible con un varoncito.)

- ... si a alguien habían calificado en vida de "científico" y le agregaban "experto", estaba irremisiblemente perdido; desde entonces, la gloria le impedía atender, como impide moverse una vestimenta demasiado suntuosa...

- Si durante decenas de años de desbaste no está permitido decir las cosas como son, el cerebro de los hombres empieza a divagar irremediablemente y se hace más fácil entenderle a un marciano que a su propio compatriota.

- ... nunca hay que atacar a cabeza gacha sin haber mirado lo que está al alcance de la mano.

- (sobre burocratía, etc): Pero ¡qué poco se requería: sentar a hombres humanitarios a estas mesas odiosas, para que la vida cambiase radicalmente!